Ciencias en el siglo XXI
Todos los conocimientos de las ciencias sociales en Occidente están absolutamente ligados a la emergencia del paradigma newtoniano en las ciencias naturales. Las ciencias sociales nacieron buscando la manera de garantizar la misma certeza que las ciencias naturales. Positivismo. Todas las nociones que se abren desde el siglo XVIII en adelante son posibles gracias al cambio de paradigma que se origina en Copérnico, Bruno y Galilei, pasando del antropocentrismo al heliocentrismo. Hasta nuestro presente, numerosos avances científicos nos dieron mayores perspectivas sobre lo que es la realidad pero siempre en el marco de la física clásica, cuyos presupuestos son el caos, la aleatoriedad, la separación, el espacio vacío, los cuerpos sólidos y la mecanicidad.
Dado que la ciencia nos dice que todo está separado, todo es caos y todo es mecánico. ¿Cómo podríamos considerar que la naturaleza humana fuese diferente? Sin embargo, en el último siglo y en particular los últimos 50 años han emergido perspectivas científicas que, sobre la base de descubrimientos en la física cuántica, en la epigenética y en la neurociencia, abren la posibilidad a que estemos a la vera de un nuevo cambio de paradigma.
Sorprende de nuestro presente la osificación de las ideas. Cuando se menciona un cambio de paradigma o la necesidad de hacer las cosas de otra manera, pareciera que se estuviera hablando de imposibles absolutos. ¿Por qué? ¿Acaso nos hemos cerrado a la posibilidad? ¿O es que acaso hay intereses corporativos que evitan que las nuevas informaciones sean ampliamente difundidas? En este apartado abordaremos estos descubrimientos e interpretaciones, en diálogo con la forma en que comprendemos nuestro mundo en el presente.