La física cuántica nos condujo al entendimiento de que todo es energía y todo esta en conexión. Estamos inmersos y somos parte de un campo cuántico en el que todo está entrelazado cuánticamente. Las partículas subatómicas que nos conforman a nosotrxs también conforman todo lo que existe a nuestro alrededor y por ende no existe el “vacío”, sino que todo lo que existe, existe en conexión, como parte de ese campo.
Este campo cuántico, conformado por cuantos de energía, es comprendido como un mar omnipresente de energía e información. Y también, es consciencia. Ya los tiwanakotas comprendían que todo lo que es proviene de un “río de energía” y que todo lo que deja de ser vuelve allí. ¿Cómo podía una civilización preincaica conocer algo que la física cuántica corroboró hace “apenas” décadas? Ser conscientes de la existencia de este campo puede transformar rotundamente la manera en que entendemos cómo habitamos nuestro día a día y las posibilidades que tenemos a nuestra disposición para enfrentar desafíos y adversidades para así transitar un camino posible hacia nuestro bienestar y prosperidad.
Lo que resulta fundamental para nuestra conexión con este campo es la respiración. Su trabajo, en conjunto con el trabajo sobre nuestra atención y concentración, son claves para profundizar en la sensibilidad y sensitividad de nuestro cuerpo en conexión con lo que podríamos llamar los “planos sutiles” del campo cuántico.
Iremos abordando técnicas y herramientas para proponer la posibilidad de habilitar esta dimensión de la realidad y así alcanzar un estado emocional lo más cercano a óptimo, o, en otras palabras, permanentemente tendiente al equilibrio.