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Era de la Integración

Epigenética

La genética es la consideración de nuestro devenir biológico a partir de un set de atributos genéticos, ADN, preexistentes a nosotrxs. En este sentido, los genes determinan lo que somos, en tanto la información contenida en ellos es lo que se transmite hereditariamente. Aquí observamos un componente de inmovilidad absoluto. Pero hacia fines de los años ’60, se hizo la siguiente prueba: se colocaron tres células madre, provenientes de la división de una misma célula madre, en tres platos Petri distintos. Cada uno de los platos tenía un ambiente con PH distinto. Siguiendo la lógica de la genética, la misma célula madre debería evolucionar de la misma forma independientemente del ambiente. Sin embargo, lo que se descubrió es que en un plato se desarrolló músculo, en otro hueso y en otro grasa. ¿Cómo es posible? Si el ADN era el mismo, deberían haberse desarrollado exactamente igual. Pero no fue así y así cobra relevancia la epigenética: el ADN es un esquema de posibilidades las cuales se activarán, o no. en relación al ambiente en que se desenvuelven. La eterna discusión entre estructura y agencia. Pero como ambiente y posibilidad. El ambiente es importante para las posibilidades de nuestro tiempo-horizonte.

Grafiquémoslo con la importancia de la alimentación, hidratación y respiración desde el punto de vista de la epigenética: nuestras células se regeneran miles de millones de veces por segundo en nuestro organismo y la salud de cada nueva célula será tal que esté en directa relación al ambiente en que nace: la sangre. Nuestra sangre es el ambiente en que se regeneran nuestras miles de millones de células constantemente. Es de importancia fundamental, entonces, cómo nos alimentamos, oxigenamos e hidratamos. Qué nutrientes hay en nuestra sangre para nuestra salud biológica, desde el punto de vista de la regeneración celular.

Todo esto y más exploraremos en este apartado.